domingo, 29 de noviembre de 2009

Celebración.

Un año más. Si no lo pienso, no se me hace duro. Claro que la semana anterior me subí por las paredes, estaba de mal humor y me molestaba todo... y a lo mejor es que ya lo he pasado. El Sábado de la semana pasada, como todos los años, celebré mi cumpleaños con una comida en casa. Este año éramos 14, unos cuantos menos que el anterior, y la verdad es que ha sido una de las mejores ocasiones que recuerdo. Es probable que la mierda de año que he tenido haya contribuido a que tener un día que compartir con mis mejores amigos con buena comida y en buen ambiente haya resultado algo merecedor de un buen recuerdo.
No puede decirse que no me lo haya trabajado, porque me quedé la noche anterior hasta las dos preparando comida y el día siguiente, unas dos horas antes de que llegaran mis invitados, hubo un momento de crisis y pánico. Todo salió bien, por suerte. Los ravioli quedaron un poco rústicos pero sabrosos y el asado estaba en su punto.
Este tipo de días son los que te recuerdan qué es lo que merece la pena en la vida.

Poco más o menos como ésto:


A media semana, más.

2 comentarios:

Biónica dijo...

FELICIDADES atrasadas!! :D

Y 14 cómo impone!! Yo comida para dos de milagro, aish. Eso de que los protocolos de laboratorio son como recetas de cocina, no me lo creo...

Anónimo dijo...

Si lo llego a saber antes le mando un tarrito de caviar o una botella de cava: raviolis al cava / raviolis al caviar... Igualmente, felicidades monsieur Illuminatus!