viernes, 13 de octubre de 2017

La Inevitable crítica de 'Blade Runner 2049'.

Esta crítica era algo que tenía que ocurrir, después de que viese la película, por el simple hecho de que 'Blade Runner' figura como una de mis 5 películas favoritas. Está entre las películas que veo con atención siempre y de la que estudio los detalles incluso con meticulosidad. Bien es cierto que 'Blade Runner' tiene defectos y que el considerar el resultado que hoy conocemos como "definitivo" (el último montaje, que encabezaba la "lata" de DVDs y el Blu-Ray) es un poco hacer trampa. Pero en todo caso es una trampa más o menos legítima, en tanto y cuanto que los elementos clave como película de la versión comercial que se estrenó en 1982 están ahí.
 
Antes de meterme con la secuela, me gustaría señalar también que 'Blade Runner' es, como lo llamó no sé quién, un "accidente feliz". En el libro definitivo sobre cómo se hizo 'Blade Runner', 'Future Noir. The Making of Blade Runner', Paul M. Sammon relata todo el proceso que llevó desde el material original, la novela 'Do Androids dream of electric Sheep?' ('¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?') de Philip K. Dick, hasta la película en su versión del montaje del director (que luego no fue el "final cut" que antes indicaba), y la palabra "accidente" en "accidente feliz" es sin duda la más apropiada, porque 'Blade Runner' fue un parto que incluyó, entre muchas otras cosas, varias versiones de guión con cambios sustanciales, una búsqueda de financiación complicada, una relación entre el Harrison Ford y Sean Young que dejaba que desear, una huelga del equipo técnico, una "guerra" a base de eslóganes en camisetas entre el equipo técnico y el equipo de dirección/producción… Y todo eso antes de llegar al montaje. Resumiendo: 'Blade Runner' no fue un producto perfectamente calculado y meticulosamente programado en el que cada paso estaba medido y cada logro se marcaba. Además de eso, como cualquiera sabe, fue un fracaso comercial cuando se estrenó y sólo con el paso de los años logró su estatus como obra "de culto" y referente cinematográfico del género de ciencia-ficción.

Así, nos plantamos algo más de 30 años después en el estreno de una secuela que se ambienta 30 años después de los hechos ocurridos en la original, con una comunidad de seguidores, algunos de ellos prácticamente obsesivos (como yours truly), que conocen el material original del derecho y del revés y que quieren ver qué es lo que han hecho a partir de su preciada (pero casual, muy casual) obra de arte. Y lo que han hecho es… bueno, algo que podría haber sido peor. 

Con un presupuesto de 150 millones de dólares, sinceramente, sólo unos verdaderos manazas la habrían cagado en los aspectos técnicos. Es decir: a nivel visual y sonoro la película es una delicia: ese mundo de 2049 no es sólo creíble, es verosímil. Los acabados, dentro de la continuidad de ese universo que no es el nuestro, permiten introducirse en él, aceptarlo como plausible. Quizá mi cinismo respecto a los efectos digitales y a lo que se puede hacer hoy día con ellos hace que aprecie un poco más los trucos de 'Blade Runner', por evidentes que hoy resulten, un poco más. O quizá sea el hecho de que la distancia que había entre "lo que había" en 1982 y "lo que había de haber" en el 2019 parece más abismal que entre nuestro 2017 y ese 2049, por mucho que bastantes de las cosas que hoy nos son rutinarias ni siquiera apareciesen en ese 2019 alternativo. Sin embargo admito que a lo mejor me pesan los años y la sensación de que a día de hoy el cyberpunk, como género de ficción en múltiples medios, se ha convertido en "realismo+".

Salvando las implicaciones tecnológicas de los aspectos técnicos en sí, la composición y el lenguaje visuales de la película y el entorno sonoro son fieles a la originalidad en cuanto a su relación con el espacio y el tiempo. 'Blade Runner 2049' está muy en la línea con 'Blade Runner' en cuanto al uso de la grandiosidad o la intimidad de los espacios en pantalla, a cómo el sonido influye en la percepción de los mismos y a cómo transcurre. Todo ello está también a su favor. 

Pero aún así la película transmite la sensación de ser inferior a su original. Le leí a un amigo por twitter, poco más o menos, 'Blade Runner 2049' es una película que sería mejor si no fuera una secuela del original del que es, y algo de eso hay, pero no sólo. 'Blade Runner 2049' tiene problemas propios. Mi impresión general es que hay cosas muy interesantes pero muy poco trabajadas en su guión, lo que teniendo en cuenta que dura dos horas y cuarenta y tantos minutos es bastante jodido. Los dos responsables de guión, según figuran en los créditos, son Hampton Fancher (que fue uno de los guionistas originales, aunque el guión final fue el que pasó por manos de David Webb Peoples, casualmente guionista de 'Soldier', de 1998, que algunos consideran como parte del Bladerunnerverso) y Michael Green. No sé hasta que punto cuenta Denis Villeneuve metería mano pero mi impresión (a partir de 'Future Noir') de que Fancher aún tenía espinas clavadas después de lo que ocurrió con su guión original (y sinceramente, la escena del "parto" resuena con algunas de las escenas que planteaba para 'BR'), hace que considere que el hecho de darle a un señor de 79 años una oportunidad de demostrar que "tenía razón" ha jugado un cierto papel aquí. La carrera de 'Michael Green', salvo por 'Logan' (de la que he oído buenas palabras) no me da confianza tampoco, por lo que, resumiendo, creo que estamos ante el caso de una película en la que las ideas buenas que hubiera en el material han sido manejadas con dejadez y ha quedado algo "a medio cocinar", como explicaré ahora (con ricos y suculentos spoilers).

-1. La Opresión (o la falta de)
La idea de la trama principal, el retoño, presumiblemente "híbrido", entre Rachel y Deckard tendría un interés humano verdadero por el hecho de que 'BR', como historia, siempre fue una alusión a dos problemas fundamentales: 1) ¿qué es lo que define a un humano como tal?; y 2) la "otredad", la esclavitud y su relación con 1). Sin duda, el hecho de que existieran uno o más híbridos replicantes-humanos pondría en cuestión el sistema por el que se producen, y se esclaviza a, los replicantes, porque se rompería uno de los factores fundamentales de esa "otredad" por la que se distingue a los unos de los otros. Sin embargo, salvo por la escena inicial de la comisaría en la que al blade runner replicante interpretado por Gosling le escupen y le insultan otros polis y las pintadas en la puerta de su casa, en realidad no se llega a plantear del todo bien la dimensión de la explotación de los replicantes en este 2049. Falta sustancia, o por lo menos énfasis, para dar una dimensión realmente dramática a la opresión sobre estos nuevos replicantes sin vida artificialmente limitada. 

La sensación de "a medio cocer" está ahí, en ese planteamiento incial de K como un "pellejudo" que es ostracizado por los auténticos humanos pero sólo al inicio de la película, como si con un ratito ya valiera y a partir de ahí  a la búsqueda del híbrido, que es para lo que estamos aquí.

-2. JOI. 
Dos de las objeciones fundamentales y más repetidas a 'BR2049', legítimas, desde luego, han sido la nula presencia de minorías entre los papeles protagonistas y el trato a las mujeres. Se hubiera agradecido más profundidad, y más tiempo, incluso, del personaje de la teniente Joshi, como lo que se ha comentado acerca de que usase a K como su "asistente personal fuera de horas" (wink wink, nudge nudge). Sobre el personaje de Luv como antagonista la verdad es que no tengo seguro que requiriese mucho más desarrollo de personalidad tratándose de un antagonista cuyo propósito es más simple que el funcionamiento de un botijo, aunque es bien cierto que la escena de su muerte parece recrearse de más en ello. 

El personaje femenino más problemático, sin duda, es Joi, la IA doméstica de K que interpreta Ana de Armas. Y es tanto más problemático porque es un personaje que tiene sentido en su contexto y que bien llevado habría sido mucho mejor. K, como buen replicante, es un trasunto de Pinocho, y en buena parte su arco argumental en la película es ése: el niño de madera que quería ser humano. Joi es una inteligencia artificial doméstica que, con las personalizaciones que haya podido plantear K, es producida en masa por la Wallace Corporation con unos eslóganes, "Todo lo que quieras oír. Todo lo que quieras ver.", que dejan claro que es un producto artificial a la medida de su propietario. En esto, una constante de la novela y de la primera película me parece que está muy presente: K es artificial, sabe que es artificial y, como sabemos, los replicantes van cortos de empatía (base del test original de Voigt-Kampff, que en 'BR2049' ha desparecido o sido sustituido por un test de estrés post-traumático). Así que tenemos a K, el replicante, buscando una experiencia "más humana" mediante un constructo artificial, Joi. Aunque las referencias a 'Her' están ahí, la vuelta de tuerca a nivel filosófico es aún mayor: un ser artificial que busca ser más "real" a base de interactuar con otra entidad artificial que, por lo que nos deja caer el contexto de la película (esos eslóganes), no es más real que lo que él mismo quiera creer. 

Sinceramente, sólo con lo anterior habría para una película entera pero como ya he comentado, se queda a medio cocinar. Al trío de Fancher, Green y Vileneuve les da para hacer un "trío virtual" entre K, Joi y Mariette, el personaje de Mackenzie Davis, y, nuevamente, una idea interesante que languidece en una esquina.

-3. El Síndrome de Pinocho
Ya he señalado antes que K es un trasunto de Pinocho: en su búsqueda del híbrido juega un componente de buscar la propia humanidad que es lo que, en buena medida, le impulsa en su búsqueda de respuestas. Quizá esta es la única idea que medio cuaja en toda la película, aunque quizá sólo porque es la que sirve para llevar a los personajes hasta el final. De hecho, 'BR 2049' muestra un paralelismo explícito con 'BR' en la llegada de K al hotel/casino coreano de Las Vegas, que está compuesto de una manera muy similar, si no calcada, a la exploración de Deckard del edificio Bradbury, pero creo que la progresión de K al encontrar su humanidad en el gesto de salvar a Deckard es, aunque no TAN evidente, igualmente relevante. K encuentra su humanidad en salvarle la vida a un ser humano a costa de la suya propia. 

En ese sentido, el híbrido o la liberación de los replicantes es una cuestión trivial en el viaje filosófico/espiritual/de identidad de K. Lo que importa no es por qué lo hace sino lo que hace. 

A pesar de que esto último logra un cierto buen acabado, es "too litlle, too late". La sensación general que me dejó 'BR2049' es la de una película que no acaba de poner suficiente énfasis en ninguna de las ideas interesantes que aloja y en la que lo que queda está manejado formalmente bien pero con desgana. No es una mala película pero es una película que no logra lo que lograba 'Blade Runner': transmitir una idea clara y con fuerza. 'BR2049' es la coca-cola light sin cafeína que ha perdido el gas del universo 'Blade Runner'.