sábado, 20 de febrero de 2010

The Weirdest shit happened to me the other day...

He tenido semanas mejores. La semana ha sido bastante asquerosa por diferentes motivos pero empezó siendo bastante mala con el tiempo atroz que hizo en Madrid (que me garantizó dos días de malestar psicológico, ya que no físico) y la decepción que supuso la visita a una de las empresas que ofertan prácticas en el máster y en que pensaba que me podría gustar el trabajo. La verdad es que lo que nos enseñaron parecía más un intento de impresionar a los nativos que otra cosa y, operativamente, me pareció que el trabajo debía ser un asco. El precio de la automatización.
Además de eso, las siete horas, entre lunes y martes, de conferencias sobre sus líneas de trabajo me parecieron más cercanas a un mitin norcoreano que a una explicación razonada de sus líneas de actuación. Pero, por si eso no fuera suficiente, el martes se sentó a mi lado una de las becarias de la empresa, lo que no tiene nada de raro: la rara era ella. Independientemente de que fuera mona (que lo era), la tía se movía todo el rato en su asiento y se dedicaba a apoyarse en el mío y a quedárseme mirando de cuando en cuando. Independientemente de las coñas que hicieran ayer mis compañeros, esa tía era rara. Creo que rara de las de enviar anónimos o por ahí.
Por cierto, en el último día, última conferencia, se disparó una alarma de lo que fuera y nos desalojaron a todos. Luego pareció ser una falsa alarma o un simulacro. Yo que sé. El caso es que si tuviera que creer en los presagios, desde luego, me lo tomaría como tal.
El resto de la semana no fue mucho más interesante pero, siguiendo en lo de ver presagios, ayer me cayeron dos bollos de la máquina en el descanso al echar sólo dinero para uno. Un poco de buen karma no viene mal pero menuda compensación más birriosa. Luego, al volver de clase, en Atocha crucé a unos que habían sido pillados con una maleta gorda llena de droga o algo así. Un maletón del carajo. Esos seguro que pasan tiempo de talego.

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Hora y media después de la publicación original de esta columna, mi tía llamó a casa para comunicar que mi abuelo había muerto.

Go. Fucking. Figure.

I've had better days, better weeks and better years.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Illuminatus... Deberé auto-aplicarme su técnica de "Todo lo que sé de ligar lo aprendí viendo la Teletienda." Y que todos los becarios guapos me vayan a por cafés...¡No sabe lo que tiene! Comprenda que las féminas pasamos por un ciclo hormonal muy complejo (usted que es -¿biólogo, no?- lo debe saber mejor que yo). No se extrañe si la próxima semana la becaria seductora se convierte en una víbora y en vez de apoyarse a su asiento se dedica a pisarle o a morderle. Aproveche la bonanza ;)

AkaTsuko dijo...

Me ahorro las estupideces y simplemente escribo lo único que merece la pena comentar en este momento:

Te acompaño en el sentimiento. Ánimo.

Biónica dijo...

Vaya hombre... Llego tarde :S.

Ánimos Illuminatus :(