lunes, 5 de octubre de 2009

Piérdele el Miedo a la Cocina II.

Risotto Bianco (4 servicios como plato principal o 6 como primero).

Utensilios.
-Olla grande (recomendable emplear la olla express sin su tapa tanto por tamaño como por material).
-Olla o cazo de algo más de un litro de capacidad.
-Cuchillo de chef.
-Bálanza de cocina.
-Tabla de cortar.
-Batidora de mano y complemento para picado fino*.
-Jarra de medidas.
-Cazo de servir sopas/purés.

Ingredientes.
-Arroz de grano muy corto. Las variedades italianas son muy concretas pero el arroz Bomba es adecuado. 400 gramos.
-Aceite de Oliva (2 cucharadas, aproximadamente).
-150 gramos de mantequilla.
-115 gramos de queso Parmesano-Reggiano (rayar previamente).
-3 dientes de ajo medianos grandes.
-1 cebolla mediana/grande.
-4 tallos de apio.
-Vino blanco seco o vermouth seco (300 ml).
-Pimienta negra molida.
-Sal.
-500 ml de caldo (verduras, pollo, carne, pescado... según el gusto).

Procedimiento:
1. Poner en el cazo/olla pequeña el caldo a calentar. En la olla grande, añadir el aceite y 70 gramos de mantequilla hasta que funda a fuego lento.
2. Cortar las hojas del apio. Picarlo. Picar también el ajo y la cebolla muy fino. Añadir a la olla con el aceite y la mantequilla y ablandar la verdura.
3. Añadir el arroz a la olla con la verdura y remover. Cuando esté transparente, añadir el vino/vermouth y dejar que el arroz lo absorba.
4. Cuando esté absorbido, añadir, progresivamente, el caldo, uno o dos cazos cada vez. Dejar que sea absorbido y repetir sucesivamente hasta que el arroz esté al dente (debe quedar ligeramente duro).
5. Retirar la olla del fuego, añadir el resto de la mantequilla y el queso Parmesano-Reggiano y remover para que se funda. Queremos una textura cremosa, así que es conveniente que quede algo de caldo para añadir. Corregir con sal y pimienta.

Variantes:
Este plato admite multitud de variantes: con setas, con productos del mar, con coliflor, con alcachofas, con ricotta e hinojo... El risotto bianco en sí es una base para poder añadir otros ingredientes. Si buscáis un poco podréis encontrar más variantes o incluso crear las propias. En esos casos, ocasionalmente, hay que cocinar los ingredientes adicionales aparte y luego añadirlos en un paso u otro del proceso.

4 comentarios:

Biónica dijo...

Esta me la apunto. A ver si no quemo la cocina. Que digo yo que si aún no lo he hecho con el laboratorio, no tendría por qué pasar, no?

(Bueno, que recuerdo mis experimentos en la cocina... xD)

B dijo...

Yo también me la quedo!!! Esta receta es un éxito asegurado!!!

Illuminatus dijo...

La cuestión en la cocina es que es bastante más empírica que el laboratorio (por las cantidades pero, sobre todo, por el punto de los platos) y eso también la hace más artística y satisfactoria.

AkaTsuko dijo...

Lo que voy a comentar no tiene nada que ver con la cocina (aun tengo pendiente la preparación del plato anterior) pero publicándolo en esta entrada me aseguro de que el dueño del blog lo lea:

Ayer en clase de Desarrollo Sexual Afectivo y Social el profesor decidió traernos fotocopiado una reseña de Vargas Llosa sobre la saga Millenium y me acordé de tu entrada sobre el tema en cuestión. Vargas comentaba entusiasmado y flipadísimo el aspecto de Salander como heroina justiciera que luchaba por el bien y triunfaba sobre el mal y la corrupción, y que a ello había de atribuírse el éxito de la novela, a que su lectura retrotrae al lector a la infancia lectora, a la infancia entusiasta de las luchas de bien contra el mal.

Me apetecá comentarlo aquí.