lunes, 4 de julio de 2011

¿Un cambio de costumbres?

Con la muerte de mi abuela, han cambiado cosas, además de las materiales. Aunque la tristeza está ahí, también han despertado partes dormidas de mi personalidad. Cualquier imbécil sabe que con este tipo de experiencias siempre se remueven las cosas y que uno no tiene que poner empeño para tener revelaciones, epifanías o momentos de lucidez. Normalmente, siguiendo la analogía cinematográfica que utilicé en mi última entrada, suele ocurrirle a gente que tiene la crisis de la mediana edad a punto de nieve, lo que no es mi caso (más que nada porque mi familia y mis amigos dirían que yo nací senil :P ). Lo que si es cierto es que, desde que tengo otra vez mis propios ingresos, he tenido los medios para acometer mis necesidades materiales (y seguir un presupuesto, más o menos, que ya es un logro con mi facilidad para el consumismo), pero me ha faltado el tiempo para mis prioridades reales, o sea: amigos y ocio.

Como ya tenía mis prioridades claras, no ha habido ningún tipo de iluminación que valga: existían huecos obvios pero lo que no acababa de tener claro era cómo rellenarlos y, simplemente, mi familia y la Tierruca los rellenaron por sí solos como el agua que sigue la pendiente. Como ya dije, somos montañeses. No he descubierto ninguna identidad perdida a lo "americano que busca sus orígenes en Irlanda/Escocia/Italia/dónde-sea", sino que, por aquello de ser: a) de Madrid; b) marxista; c) poco amigo del catetismo; sufría de un ataque extremo de cosmopolitismo (de lo que, os tranquilizo, ya me he confesado ante el Comité Central).

Ejemplo de Arte Cántabro. El emblema de la estela de Barros es el símbolo de Cantabria.

Sin embargo, uno no puede negar lo que es, y en la familia llevamos la tradición montañesa, empezando por el habla, que tiene el deje de la Tierruca, así que, sencillamente, he reconocido y aceptado el cántabro que habita en mí, por muy bárbaro que pueda ser.

Además de eso, creo que también está rompiendo una manía, más motivada por la pereza que por otra cosa, que es la de las fotos. Al contrario que mis padres, no soy de fotos. No tengo fotos de mi graduación de la universidad ni de casi ninguna ocasión con mis amigos, casi todas en las que aparezco son familiares o las han tirado mis padres. Ya digo que la pereza de organizar álbumes y todo eso es una de las causas, aunque reconozco que los desencantos con amistades y mi desprecio por la nostalgia han hecho que también me resista a dejarme captar por la cámara como si fuese un nativo (o un famosete vendeexclusivas).

Ahora valoro más las fotos. Por los que no están y los recuerdos asociados a ellos, más que por los que están o mis recuerdos personales. Creo que es completamente diferente, no sé si me seguís.

Mi abuela y yo y, entre medias, una de mis primas. Siempre la echaré de menos.

5 comentarios:

Raven dijo...

"mi desprecio por la nostalgia han hecho que también me resista a dejarme captar por la cámara como si fuese un nativo"

Qué representado me siento por esas líneas... El fuerte que por dentro es un melancólico y un tendente a la tristeza.

Al final se agota, la hormona, o el neurotransmisor, o lo que sea que produce esa sensación... O al menos eso es lo que espero..

Mientras tanto, ánimo; y a dar giros copernicanos.

Aitor Maiden dijo...

Me siento identificado con esta entrada por lo de dedicar poco tiempo al ocio y a los amigos últimamente.

¿Sabes qué? Me he dicho a mí mismo "a la mierda", y me he propuesto salir todo lo que pueda y conocer gente nueva, aunque al día siguiente trabaje y esté reventado.

J. Lozano dijo...

Siento mucho lo de tu abuela.

En cuanto al resto de la entrada, siempre creemos ser más duros de lo que realmente somos. Y durante bastante tiempo en la vida, así parece ser. Pero cuando llega uno de estos palos en la vida, nos lamentamos de no haber hecho de otra forma las cosas.
Algo parecido me pasó con un amigo, el cual murió hace un par de años, y del que no tengo más que un par de fotos borrosas. Es ahora cuando más me arrepiento de no haberle hecho algunas más. Pero ya no tiene remedio. Pero sí que lo tiene el dejar fotos nuestras para los que vengan detrás, no sea que les pase lo mismo.

Un abrazo Illu. Que lo lleves lo mejor posible.

Moniruki dijo...

Es una pena que para darnos cuenta de lo verdaderamente importante, nos tengan que pasar cosas que nos hagan despertar, pero bueno...así somos.
Por cierto, la foto es preciosa

_Xisca_ dijo...

Yo siempre he sido de fotos, eso no va a cambiar, y que este post me guste mucho, y lo comprenda aún más tampoco :)